Dicen que uno no puede estar en dos lugares al mismo tiempo, pero Ramón Flores lo intenta… mal. Mientras el Distrito 04 de Sonora, con cabecera en Guaymas, lo busca con lupa y lupa de aumento (porque no aparece ni en los eventos ni en las fotos), el buen Ramón anda muy campante cerrando campañas… ¡pero en Veracruz!
Sí, aunque usted no lo crea, el flamante diputado federal electo por Guaymas ha decidido que su vocación no está en atender a su gente, sino en andar abrazando candidatos en Chocamán, Tomatlán, Otilpan y hasta en la sesión del OPLE en Xalapa. Todo esto mientras en Guaymas la gente lo recuerda como lo que es: el político más desconocido, menos querido y más repudiado del distrito.
¿Y qué hace allá? Muy sencillo: levantar brazos ajenos y colgarse de campañas que no son suyas. Con su ya clásico chaleco rojo (sí, ese que parece de botarga sin carisma), aparece en eventos diciendo frases como “¡Qué viva la militancia!” y “¡Un gusto acompañar a mi amigo el Profe!”… mientras en su tierra natal no lo acompañan ni a la esquina.
Pero ojo, que esto no es nuevo. Ramón Flores tiene el historial más congruentemente incongruente de la política sonorense. Traicionó a quien le dio la mano, Ana Guevara; se le volteó al difunto y muy querido Rodolfo Lizárraga; y ahora, ironías de la vida, camina de la mano de Jazmín Gómez Lizárraga, la sobrina de quien intentó destruir políticamente.
¿Y Guaymas? Bien, gracias. Sin gestión, sin representación, sin voz en el Congreso. Para los guaymenses, Ramón es como el “tamal sin carne”: prometía mucho, pero no trae nada. Lo conocen más en Veracruz que en el malecón. Aquí se le recuerda como el PEOR DIPUTADO FEDERAL que ha tenido el Distrito 04. Y eso que el listón no estaba tan alto.
En resumen: Ramón Flores es ese político que se supone representa a Sonora, pero parece tener domicilio fiscal en Veracruz, corazón en otro partido y brújula moral en modo avión.
Final alternativo para los que aguantaron la lectura:
“En Guaymas la lealtad se cambia por un six de cerveza” —crónica no oficial del pietismo versión 2024.