La Viña del Señor
En 1997 escribía el filósofo Luis Villoro en su libro “El poder y el valor”,
que los intentos por transformar la sociedad desde proyectos
racionales parecen haber fracasado.
Tras la caída de los regímenes del socialismo real, dice el autor la
época de las revoluciones, y con ellas, la de ideologías y utopías, al
parecer ha terminado.
Humanismo a la mexicana
El régimen del Humanismo Mexicano a nueve semanas de iniciar su
séptimo año en el poder a diferencia de su primera etapa en donde el
negacionismo y la polarización promovidas por su máximo líder
incubaron en el país, ha impulsado dos instrumentos de control social,
la reforma judicial de carga ideológica y marcada por la improvisación
y el presupuesto 2025 con carga política, como todos y que castiga
educación, salud y seguridad.
El modelo económico que promueve es el neoliberalismo del que tanto
reniega en público la jefa del Estado Mexicano, como igual lo hacía su
antecesor, pero empuja abiertamente, mientras aprueba políticas
públicas tendientes a la centralización, apoya a los mercados,
mantiene contentos a los magnates y a la casta militar entrada en la
obra pública y asigna recursos para sus programas sociales
clientelares.
Ese neoliberalismo de Estado, cuyo saldo es que Carlos Slim dobló su
fortuna bajo la administración cuatrotera, mientras se encamina con el
poder absoluto que ostenta a la extinción de los organismos
autónomos incómodos como el INAI. Ya CNDH quedó asegurada con
la reelección de Rosario Piedra sobre los deseos de Claudia
Sheinbaum y como muestra de poder desde Palenque.
El miedo a Donald Trump: la invasión suave y la cartita de
Sheinbaum
El triunfo de calle en la elección presidencial de Gringolandia del
republicano peligüero Donald Trump, a más de treinta días de asumir
el poder en el vecino país, se ha convertido en un factor político de
presión inesperado para la 4T, que no alcanzaron en su momento los
partidos opositores, la marea rosa, ni los electores mexicanos que
votaron el 2 de junio pasado.
La amenaza de poner aranceles a las exportaciones y atacar con
drones y equipos especiales a los líderes de los cárteles del narco,
han sido efectivas medidas de disuasión para que el gobierno
mexicano se póngala las pilas en materia de seguridad pública,
migración y comercio internacional y empiece a rendirles cuentas a
nuestros primos desde ya.
Si la exhibición pública de una misiva a Donald Trump con la amenaza
“terrorífica” de responder arancel por arancel hizo doblar de la risa al
rubio populista y rematada con la patriotera frase de que ahí está el
himno nacional si a Masiosare se le ocurriera vulnerar nuestra
soberanía, solo logró poner en rídiculo a un nada respetado don
Marcelo Ebrard, identificado como “Chaina Two” y a un inexperto Juan
Ramón de la Fuente, principales asesores en política exterior de la
presidenta Claudia Sheinbaum.
El Plan México: la improvisación como divisa
A la par de haber dado carta de naturalización a la ocurrencia como
parte de las políticas públicas, el gobierno del segundo piso de la 4T,
que no solo se retomado como suyas el discurso, sino también la
agenda de pendientes dejados por su antecesor y el modelo
económico impuesto desde el régimen del liberalismo social de Carlos
Salinas, iniciado en el cambio de rumbo diseñado desde el Plan Global
de Desarrollo en el gobierno de José López Portillo por parte del
equipo de Miguel de la Madrid y su grupo de tecnócratas, y ahora hay
que agregarle la improvisación y la arrogancia en el arte de gobernar
de la aplanadora morenista y sus aliados del PT y del PVEM, cuyas
tribus y grupúsculos empoderados desde el poder legislativo retan y
meten presión al gobierno claudista.
El costo de tales desatinos ha sido enorme y baste señalar el fracaso
del desaparecido INSABI que vino a sustituir al Seguro Popular, el del
Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado que terminó como la
cueva de Alí Babá, el de la implementación caótica de la reforma
judicial en donde los tiempos no dan y la inscripción de tiradores a
jueces ha carecido de convocatoria e interés y se busca remendar y
rebajar los recursos para la elección judicial o el reciente caso del
presupuesto que sacrifica educación, salud y educación y contiene
errores garrafales y de primaria como el recorte al gasto de
instituciones universitarias como la UNAM, IPN y UAM, que la
secretaría de Hacienda de Rogelio Ramírez de la O, asumió como
suyos.
A lo anterior debe añadirse las presiones que desde Canadá varios
gobiernos regionales y territoriales –premiers, les dicen– ejercen para
sacar a México del T-Mec por la presencia de China en el patio trasero
y el choque ideológico que viene con el gobierno entrante de Donald
Trump con el anuncio de medidas drásticas como la deportación de
migrantes, el cierre de la frontera y el combate al crimen organizado
ligado al tráfico de fentanilo. El solo anuncio del senador de
ascendencia cubana de Florida Marco Rubio incomodó a los chinos y
al expresidente López Obrador, con quien mantuvo desencuentros.
Para enero avisó la presidenta Sheinbaum arrancará el Plan México,
de claro espíritu cepaliano, mediante se buscará producir en el país
aquellos productos que se importan desde el extranjero, lo cual
recordó la política de sustitución de importaciones de mediados del
siglo pasado cuyo costo proteccionista pagaron los ciudadanos al
encarecerse las mercancías y no lograr su cometido con saldo en
déficit fiscal y en la balanza comercial al recaer en el Estado el peso
de dicho proyecto. Modelo que a finales de los ochentas fue
abandonado con la consecuente apertura, desregulación y liberación
de la economía. Lo anunciado se antoja riesgoso ante la carencia de
política industrial en lo que va de la 4T.
El complot mongol
La amenaza del presidente electo Donald Trump de que asumiendo
las riendas pondrá 25% de aranceles y la demanda de los gobers
canadienses de sacar a México del T-Mec deriva de la percepción de
que este se ha convertido en la plataforma para invadir E.U. de
fentanillo, cuyos precursores químicos que no se producen en el país
proceden de Asia y de origen de productos de baja calidad de origen
chino.
Juan Alberto Cedillo en su libro “Los nazis en México”, da cuenta de
teorías conspiracionistas como la mencionada, cuando japonés y
alemanes buscaron penetrar la frontera sur de Gringolandia para
realizar acros de saboteo y saturar de drogas dicha zona para debilitar
la fuerza militar de los hijos del tío Sam, cuya intervención en la
segunda guerra mundial fortaleció a los aliados.
Y para comprobar que el combate contra la piratería y comercio ilegal
de mercancía oriental, Marcelo Ebrard se lanzó al ruedo con la
puntada de golpear con todo en la CDMX en Plaza Izazaga 89 y
confiscar productos chinos y anunció un Plan B para reducir la
dependencia de las importaciones asiáticas.
El show de Marcelo para nada frenó la actividad mercantil.
Y ante la propuesta de Trump como estado 51 de la unión americana,
la doctora Sheinbaum, reviró que somos un país independiente. ¡¡Ufff!!
El pensamiento Alicia
El filósofo español Gustavo Bueno escribió a propósito del gobierno
socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, su libro “Zapatero y el
pensamiento Alicia”, en donde, acorde a su estilo, sin concesiones
arremetió y evidenció las contradicciones del régimen español y del
proyecto socialista del PSOE y buscó desmontar mitos sobre la
república de 1931 de quien dijo no fue una Caperucita Roja que
llevaba alimentos a su abuelita España y de la dictadura franquista,
como realidad que no fue homogénea, ni continua.
E ese texto Bueno, extrajo de la obra “Las aventuras de Alicia en el
país de las maravillas” de Lewis Carroll y la famosa paradoja de
Giuseppe di Lampedusa del Gatopardo de cambiar algo para que todo
siga igual.
La tesis de Bueno, de que hay momentos en que los gobiernos basan
su desempeño en premisas falsas, si bien no es nueva, si evidenció
esa forma de gobernar de la izquierda española y que en México tiene
plena aplicación cuando discurso oficial y realidad caminan por
rumbos diferentes.
Y si bien AMLO fue insistente en que su movimiento acorde a las
ideas de Enrique Dussel, padre de la filosofía de la liberación,
constituía una revolución de las conciencias, la 4T se parece mucho a
los regímenes que perfiló el filósofo nacionalsocialista Martín
Heidegger en su obra “El ser y el tiempo”, en donde dejó entrever las
bondades del nacionalismo, el totalitarismo, el liderazgo carismático, el
racismo fundado en el darwinismo social, loas a la violencia, el sistema
de partido único, la conformación de una sociedad de masas y la
promoción de un hombre nuevo, que definieron al nazismo y al III
Reich.
Por su parte el sociológo Max Weber, en su libro “Historia económica
general”, al darle seguimiento al desarrollo del espíritu del capitalismo
con envidiable lucidez señaló la creciente burocratización del mundo,
la violencia como argumento legítimo de todo Estado y la naturaleza
demoniaca de la política y a partir de 1919, antes de morir, predijo la
confrontación de vanguardias autodenominadas salvadoras de la
humanidad y portadoras de ideologías omnicomprensivas y totales.
Y así como el régimen que en 2018 ofreció bienestar, igualdad y
justicia desembocó en enorme deuda pública, totalitarismo,
centralización, mayor pobreza, déficit fiscal, escaso crecimiento,
violencia e inseguridad, poder encarnado en una persona, corrupción y
mayor polarización social, lo peor podría estar por venir.