Extranjeros que residen en San Carlos “Pueblo Mágico” denuncian haber sido despojados de sus condominios con el apoyo de la Policía Municipal

Águeda Barojas Ontiveros

Desde hace siete semanas un grupo de seis extranjeros que residen en el “Pueblo Mágico” de San Carlos, fueron despojados de sus condominios con el apoyo de la Policía Municipal, de acuerdo a Cathy Henkel y otros ofendidos, quienes iniciaron una campaña en redes sociales ante el nulo apoyo del Municipio y el Estado.

Así lo aseguraron este domingo en la página San Carlos Forum: what´s Up, en la cual mostraron fotos y videos.

Cathy Henkel denunció que la torre de cinco pisos ubicada a un costado del Maukaa Beach Club fue tomado a la fuerza hace siete semanas por la empresaria Catalina Ordaz con el apoyo de la policía de San Carlos, a quien pagó para ayudarla.

“Ella les está pagando ahora para controlar nuestra puerta, luego cambió las cerraduras de seis condominios propiedad de estadounidenses con títulos y fideicomiso”, aseguró.

Añadió que muchas cosas han sido robadas y que el acceso se decide por su capricho.

“Ella no tiene ninguna autorización legal o judicial para hacer esto, por eso nos  hemos visto obligados a iniciar una campaña en las redes sociales porque no podemos hacer que la ciudad o el Estado la retiren y devuelvan los condominios a sus propietarios legítimos”, comentó.

Narró que uno de los dueños del condominio  logró entrar justo antes del amanecer y encontró que  la luz y el agua fueron cortados y los muebles bloquearon su puerta. 

“Amamos San Carlos y odiamos lo que a esta mujer se le ha permitido hacer”, dijo la extranjera.

Me robaron miles de dólares

Por su parte, Kristen Wolfkill, dueño de uno de los condominios, aseguró que le cambiaron la cerradura de la puerta y le robaron miles de dólares, así como cosas personales.

La empresaria Catalina Ordaz se defendió asegurando que el desarrollador se llama Villa Sirenas S.A de C.V. y que tienen que respetar a la administración porque existe un regimen de condominios.

Sostuvo que las acusaciones son falsas, pero los extranjeros insisten en contar con documentos que avalan su propiedad.