La Viña del Señor
La elección judicial del domingo 1º. de junio pasado, a medida que se
disipa el polvo de la narrativa y de los discursos oficiales, está dejando
bastantes lecciones.
Una de esas es que la implantación territorial en el país que Morena y
sus partidos satélites el PT y el PVEM, que habían alcanzado en las
elecciones de 2021 y el 2024, es solo un “mito genial” (dixit Pedro
Aspe).
A río revuelto
En el ranking democrático México ocupa el lugar 84 por debajo de
Noruega, Finlandia, Suecia, Islandia y 79 países más, pues aún no
garantiza que sus elecciones se apeguen a condiciones de
competitividad, equidad, vigilancia, control ciudadano, legalidad,
certeza, vigilancia y fiscalización del gasto de las campañas y de que
ningún partido cuente con el respaldo y apoyo del Estado y eso quedó
más que evidenciado en la desorganizada elección judicial en donde
aplicó la máxima de a río revuelto.
El fiasco electoral
Aquel comprometido y buscado número mágico de 20 millones de
votos a favor de los candidatos al poder judicial que el régimen
promovía vía acordeones de los palomeados y consensuados entre
los liderazgos morenistas en las cámaras, el gabinete y el partido y
entregados en la Consejería Jurídica de la presidencia de la República
a los cinco encargados de los trabajos electorales de las
circunscripciones del país, a efecto de controlar a la judicatura, resultó
un fracaso al apenas alcanzarse la meta nacional del 12.8%, menos
los votos nulos de 40%. En algunos estados gobernados por Morena y
aliados, la cifra apenas pasó el 9% de participación.
Esa falta de legitimación abolla el sueño y la intentona del
expresidente AMLO, de que los tribunales no entorpezcan su ansiado
proyecto neoliberal-populista en lo económico y de democracia hibrida
en lo político.
Hugo Aguilar Ortiz, quien se perfila para encabezar la nueva Suprema
Corte oficialista, es pieza primordial en la transexenal implantación y
consolidación de ese proyecto, habida cuenta que es subordinado de
Adelfo Regino en el INPI y le tocó coordinar las consultas patito del
Tren Maya y del Canal Interoceánico, mega obras del expresidente
López Obrador. Su supuesto papel de asesor del EZLN en los Acuerdo
de San Andrés, fue puesta en duda y así hubiera sido, es obvio que
optó tras el desencuentro de AMLO y el Subcomandante Marcos, por
el bando del de Macuspana.
En el caso del Tren Maya, la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que el
proceso de consulta no cumplió con los estándares internacionales en
la materia y se hizo sin presentar los estudios de impacto ambiental.
Elección “legal”, pero ilegitima: el soberano reprobó
Si bien, sostienen diversos analistas, la elección fue legal, es decir
acorde al defectuoso y amañado marco emanado del Plan C, avalado
en el Congreso con variadas artimañas operadas bajo libreto por
Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López,
fracasó al intentar legitimarse en las urnas.
El acceso al poder y su ejercicio una vez en él, entrañan ciertos
aspectos teóricos y prácticos. Ambos fueron abordados por Norberto
Bobbio en su ensayo “Origen y fundamentos del poder político”, quien
entiende que la legitimidad se adquiere cuando el acceso al poder se
da siguiendo los canales establecidos y reconocidos, sin trucos, ni
ventajas ilegales. Y eso no pasó el domingo reciente en la elección de
los jueces.
Si antes de la reforma, el poder judicial se legitimaba en forma
indirecta, pues los ministros de la Suprema Corte eran propuestos por
el presidente de la república y aprobados por el Senado, ambas
instancias provenientes de elecciones populares, esta vez la baja
votación presenta un grave problema de legitimidad que no puede
ignorarse al ejercer el mandato, cuando el soberano depositario del
poder público (por indiferencia, desinformación, rechazo, por lo
complicado de votar, desmotivación, el fuego cruzado, porque le dio la
gana, etc.) en un 87 o 90%, decidió no avalar con su sufragio las
candidaturas en juego, a pesar de la burda operación política del
aparato oficial, partidos afines al régimen, organizaciones corporativas
como lo sindicatos (SNTE, CTM, etc.), gobiernos federal, estatal y
municipales para movilizar a sus clientelas, vía presiones, chantajes,
pérdida de beneficios de los programas sociales o amenazas.
Otro cambio de gran calado se dio cuando en 1995 Ernesto Zedillo
promovió la destitución de la Corte en pleno, y modificó la
composición, estructura y funciones del máximo tribunal, al cual
transformó en tribunal constitucional.
Los culpables del descalabro
Para el Wall Street Journal, el influyente periódico estadounidense en
donde abreva la élite de ese país, el responsable del fracaso es el
secretario de Organización de Morena Andrés Manuel López Beltrán,
principal impulsor de la operación “acordeón”, sin la cual el desastre
hubiera sido peor y viene a unirse al catálogo de trapacerías y
triquiñuelas mapacheriles ya conocidas, como una aportación
netamente morenista.
Andy es visto como el brazo ejecutor y correa de transmisión de
instrucciones de su padre, el expresidente López Obrador, hacia el
interior del partido.